Se planean más cambios en el sistema de protección infantil noruego.
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Un equipo de expertos designado por el gobierno tras las revelaciones mediáticas del año pasado presentó una dura crítica a la organización del sistema de protección infantil noruego. Señaló la insuficiente supervisión por parte del Ministerio de Infancia y Familia (Barne- og familiedepartementet) y de la Dirección de Infancia, Juventud y Familia (Barne-, ungdoms- og familiedirektoratet). Las inconsistencias también surgen del sistema separado que funciona en Oslo.
El presidente del equipo, Erik Stene de la Inspección Nacional de Salud (Statens helsetilsyn), afirmó que el ministerio y la dirección no tienen suficiente control sobre la calidad de las tareas realizadas, la disponibilidad de plazas para niños y los costos. Esto resulta, entre otras cosas, en plazas sin utilizar en algunas instituciones y saturación total en otras, así como en la necesidad de trasladar a los niños debido a la falta de conocimiento completo sobre la capacidad del sistema.
Stene señaló que un problema particular es la excepción de Oslo, donde la ciudad, como único municipio, gestiona sus propias instituciones, mientras que en el resto del país es el Estado quien se encarga, lo que dificulta el uso flexible de los servicios de protección infantil a nivel nacional. El equipo identificó dos debilidades principales: la dispersión de responsabilidades entre demasiadas entidades y la débil influencia de la Dirección de Infancia, Juventud y Familia (Bufdir) sobre las instituciones privadas y el sistema de Oslo. Según el equipo, casi el 60% de las plazas institucionales están actualmente en manos privadas.
El sistema de protección infantil noruego es una de las áreas más criticadas del país. El descontento es frecuentemente expresado por extranjeros que viven junto a los fiordos./zdjęcie poglądowe, fot. GGAADD, CC BY-SA 2.0, via Wikimedia Commons
¿Oslo como excepción?
Stene evaluó que los mundos institucionales paralelos –el municipal en Oslo y el estatal en el resto del país– generan duplicaciones innecesarias, un uso ineficiente de los recursos y limitan la posibilidad de gestionar integralmente la oferta de los equipos de protección infantil. El informe recomienda terminar con el camino especial en Oslo y transferir la gestión de las instituciones al Estado, como en las demás regiones. Mantener la separación puede resultar en la falta de plazas para los niños cuando más se necesitan.
El equipo llamó la atención sobre grandes diferencias de costos: los distritos de Oslo pagan hasta el 85% del costo de una plaza, mientras que los municipios en el sistema de la Agencia Estatal de Infancia, Juventud y Familia (Barne-, ungdoms- og familieetaten, Bufetat) cubren alrededor del 30%, lo que, según el equipo, ha llevado a un menor uso de las plazas institucionales en la capital.
El gobierno propone cambios
La ministra de Infancia y Familia, Lene Vågslid (Ap), declaró que el diagnóstico del equipo coincide con el análisis gubernamental del año pasado y afirmó que su prioridad desde que asumió el cargo ha sido el control de costos, una mejor revisión del número de plazas y la reducción de las violaciones del deber de apoyo. La ministra anunció la continuación de pruebas con nuevos modelos organizativos y señaló que el sistema debe adaptarse a las necesidades de los niños, y no al revés.
El equipo dirigido por Erik Stene indicó la necesidad de implementar simultáneamente varias acciones, incluyendo la centralización de compras, el fortalecimiento de la supervisión y la redefinición de los roles institucionales. Todo esto tiene como objetivo mejorar la situación de las instituciones de protección infantil en Noruega.