 
El Partido Laborista mejoró su resultado de hace cuatro años, pero la fragmentación entre los demás partidos del bloque puede dificultar la formación de un gobierno estable.
Fot. Stine Østby (Flickr.com, CC BY-NC 2.0)
 
 
El primer ministro Jonas Gahr Støre se enfrenta a negociaciones difíciles en el bloque de centroizquierda. Los partidos difieren en cuestiones de petróleo y gas, inversiones del Fondo Petrolero (Oljefondet), mercado energético, atención dental y sistema fiscal. La estabilidad del nuevo gobierno dependerá de si se logra encontrar un compromiso.
Uno de los puntos clave de tensión es la cuestión de la continuación de la exploración de petróleo y gas. El Partido Laborista (Arbeiderpartiet) quiere continuar la exploración y producción, justificándolo por el papel de Noruega como importante proveedor de energía para Europa. Los Verdes exigen un plan para retirarse de la industria petrolera, mientras que la Izquierda Socialista aboga por detener por completo las nuevas exploraciones.
El Partido del Centro señala la necesidad de un enfoque a largo plazo y estable para el sector petrolero. Es el único grupo del bloque de centroizquierda que presenta propuestas similares al Partido Laborista en cuanto a la industria extractiva.
 
Oljefondet, Israel y la electricidad como manzanas de la discordia
El segundo gran conflicto son las inversiones del Fondo Petrolero noruego (Oljefondet) en Israel. La Izquierda Socialista exige que el fondo retire todas las inversiones relacionadas con empresas que apoyan actividades consideradas violaciones de los derechos humanos. El Partido Laborista no planea una retirada total de las inversiones en ese país.
Otro ámbito conflictivo es la cuestión del control nacional sobre el mercado energético. El Partido del Centro y los Rojos exigen mayor soberanía y limitar la influencia del mercado europeo. El Partido Laborista subraya que quiere mantener la exportación de energía y la cooperación internacional.
 
 
En 2021, solo los votos del Partido del Centro fueron suficientes para lograr un acuerdo político. Al elaborar el presupuesto, colaboraron políticos de la Izquierda Socialista./foto ilustrativa, Foto: material de prensa del Partido Laborista
 
 
Bienestar social e impuestos en el punto de mira
Otra área de disputa son las reformas del bienestar social y la salud, en particular las propuestas de los Rojos y la Izquierda Socialista sobre la atención dental gratuita. El Partido Laborista considera ampliar los servicios públicos en este ámbito, pero no está de acuerdo en aumentar los impuestos para ello. Se calcula que el coste para el Estado podría oscilar entre 4.200 y 12.700 millones de coronas noruegas al año.
El último de los cinco temas más controvertidos es el acuerdo fiscal. El Partido Laborista busca cambios en esta área para el desarrollo económico, que deberían realizarse con la participación de todos los grupos parlamentarios. Los demás partidos rojo-verdes exigen un aumento de los impuestos estatales, incluido el impuesto sobre el patrimonio.
 
Las diferencias de opinión entre Ap, SV, Rødt, Sp y MDG muestran que alcanzar una posición común requerirá negociaciones y compromisos. El primer ministro Støre tendrá la tarea de conciliar los intereses de los grupos ecologistas y de aquellos partidos que ven a Noruega como un proveedor clave de energía para Europa. En última instancia, la capacidad de los grupos para llegar a un acuerdo determinará la estabilidad del futuro gobierno.