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La población de estos animales podría extinguirse. Es el resultado de la caza ilegal en Noruega

La población de lobos es solo una de las que están en peligro de extinción. Fot. Økokrim
La población de lobos en el sur de Escandinavia ha registrado una alarmante disminución durante los últimos cuatro años. La policía noruega recibe cada vez más informes sobre la caza ilegal de especies de depredadores protegidos, que son clave para mantener la biodiversidad del país. Al mismo tiempo, manadas enteras de lobos en la zona fronteriza entre Noruega y Suecia desaparecen sin dejar rastro. Los investigadores están llevando a cabo amplias investigaciones dirigidas a grupos de cazadores.
Según los últimos datos de marzo de 2025, en Noruega viven entre 57 y 64 lobos, de los cuales solo 39-46 ejemplares residen exclusivamente en territorio noruego. Esto representa una disminución en comparación con el año anterior, cuando se registraron 78-80 lobos, y con el año 2023, cuando la población era de 125-129 ejemplares. En el lado sueco de la frontera la situación es dramática: en dos años la población de lobos cayó de 130 a 45 ejemplares.
Situación dramática de la población de depredadores
Pérdidas igualmente graves afectan a otras especies protegidas. Cuatro de las cinco especies de depredadores en Noruega —el lobo, el glotón, el oso pardo y el lince— están en peligro de extinción. En el caso de los osos, de los cuales viven en Noruega algo menos de 200 ejemplares, la Inspección Nacional de la Naturaleza estima que al menos la mitad de los 68 osos registrados en el distrito de Troms entre 2006 y 2023 fueron asesinados ilegalmente. Muchos osos noruegos que desaparecieron fueron posteriormente encontrados muertos en Suecia.
Entornos de cazadores cerrados con apoyo local
Investigaciones anteriores revelan que los entornos de cazadores forman círculos cerrados a los que la policía tiene difícil acceso. Las actividades ilegales cuentan con un considerable apoyo en las comunidades locales, donde los habitantes informan a los cazadores sobre avistamientos de lobos y otros depredadores.
Un estudio realizado por el Centro de Depredadores en 2020 mostró que 2 de cada 10 cazadores no informarían a las autoridades si un compañero cazador matara ilegalmente a un lobo, sino que resolverían el asunto por su cuenta o no tomarían ninguna medida.
Un estudio realizado por el Centro de Depredadores en 2020 mostró que 2 de cada 10 cazadores no informarían a las autoridades si un compañero cazador matara ilegalmente a un lobo, sino que resolverían el asunto por su cuenta o no tomarían ninguna medida.
Las motivaciones de los autores son diversas: desde el deseo de proteger su propio ganado, perros de caza o animales de caza, hasta el desacuerdo con la política de protección de depredadores, pasando por el deseo de obtener un nuevo trofeo. En el país de los fiordos, algunos agricultores expresan un fuerte deseo de facilitar la caza de águilas marinas y águilas reales protegidas, argumentando que estas aves matan corderos y terneros de reno, especialmente en la región de Nordland.
Dimensión internacional del problema y consecuencias legales sin precedentes
El problema de la caza ilegal de depredadores tiene una dimensión internacional. En mayo de 2025, en Finlandia, 26 cazadores fueron condenados por cazar ilegalmente especies en peligro de extinción, incluidos lobos, glotones, linces y aves rapaces. El líder del grupo, un hombre de 60 años, recibió la sentencia más severa: un año y medio de prisión y una prohibición de cazar durante tres años. En el mismo caso se confiscaron 250 armas.
El Tribunal Supremo de Noruega declaró inequívocamente que la prisión incondicional es el punto de partida para la caza ilegal de depredadores totalmente protegidos —lobos, osos y glotones—. Las autoridades recuerdan que la caza ilegal dificulta la gestión de las poblaciones por parte de las autoridades de protección de la naturaleza, ya que la caza no autorizada hace difícil evaluar la eficacia de las medidas de gestión, como la caza de animales problemáticos o las medidas preventivas contra daños al ganado y a los renos.
El Tribunal Supremo de Noruega declaró inequívocamente que la prisión incondicional es el punto de partida para la caza ilegal de depredadores totalmente protegidos —lobos, osos y glotones—. Las autoridades recuerdan que la caza ilegal dificulta la gestión de las poblaciones por parte de las autoridades de protección de la naturaleza, ya que la caza no autorizada hace difícil evaluar la eficacia de las medidas de gestión, como la caza de animales problemáticos o las medidas preventivas contra daños al ganado y a los renos.
Cada ejemplar asesinado ilegalmente puede ser crucial para la supervivencia de la especie. Los objetivos poblacionales para los depredadores en Noruega están establecidos en un nivel tan bajo que apenas garantizan la diversidad genética o la función ecológica de la especie como depredador ápice.
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